viernes, 23 de septiembre de 2011

SALOU-SANTA PONSA, REGATA JAUME I

Esta regata en su XXV edición, se celebra para conmemorar la expeditiva solución del Rey Jaime I el Conquistador al exceso de sin papeles que llegaron a Mallorca...
Habíamos decidido no participar en regatas de altura. Te expones a aburrirte con una calma chicha o a moverte más que Sakhira con el waka waka. Menos aun cuando es puntuable.  Rodeado de velas Kevlar o carbono  te sientes con uniforme de Adidas en una cena de gala, encima, cuando un compa te dice que son high performance racing ..., te quedas como Filemón transformado en un vulgar gusano. Es un mundo el de las velas...
La salida se retrasó esperando que entrara algo de viento. Por fin  la dieron con una hora de retraso y, ¡tres  más UTC delante de Salou...!

Lo que más "cubre" y te transmuta en antiguo griego, es ver, con un viento de abanico, como se alejan los regatistas...  Mientras abordo: ¡amolla el pajaril!, ¡lasca la driza de la mayor!, ¡el palo para alante, ¡la burda!, ¡contrapesar en sotavento...!, ¡ aprovechemos la banda de babor que navega mejor...!  Nosotros sin separarnos de la costa y aquellos  en el quinto... ¡Basta!, ¡se acabó!, ya estoy hasta los güiwols!; al gusanillo que le den. La última hasta que ahorremos para un 50 pies formula 1 o nos decidamos por un motor eléctrico camuflado en el bulbo.
Por fin entró una brisa que nos alejó de Salou. Uno de los regatistas, aburrido,  ya había comunicado que  ponía motor. 
Al atardecer arreció y nos permitió a un descuartelar arrumbar apurando hacia La Dragonera.


El Rapsodia,  que también participaba,  encontrándose a una millas por nuestro través de estribor comunicó por radio que se retiraba. Dani viró 180º y a pasarlo bien.
Fue subiendo la intensidad, la escora y los empujones por conseguir la litera de sotavento.  Conseguimos mantener el rumbo hasta la mañana en que amainó, variando después a una ceñida rabiosa con 20 nudos aparente. Nos animó el oir a otros que ponían motor y arrumbaban a puerto.  Continuamos hasta el islote y, dado que calculamos no llegaríamos a la hora límite por una considerable diferencia, decidimos pasar de cirios a camioneros.
De los catorce participantes solo llegaron en el tiempo límite cuatro. Consuelo: la llampuga que pescó Jose.
Santa Ponsa es un puerto natural muy bonito para ir de retiro. Ideal para descansar porque a partir de las 19:00 h.  no tienes donde tomar una copa.  Nos entretuvimos viendo el desfile de moros y cristianos que celebran por las fiestas locales y enlazamos con la cena ofrecida por el Club Náutico.
Disfrutamos de una adecuada cuchipanda en la que compartimos mesa con un desconocido grupo de mallorquines, entablando una amena conversación con Marga y su marido, que  nos enriquecieron contando anécdotas y vivencias peculiares de las islas. Pasamos una agradable velada.
La siguiente mañana zarpamos hacia Sóller con una travesía a vela hasta que por falta de viento favorable, a poca distancia del puerto, nos acercamos a la costa y recreamos visitando diferentes calas. Arribamos al puerto Tramontana al atardecer.
Tomamos una copa invitados por la marina y despues fuimos a cenar "comme il faut". Más tarde repetimos delante del decorado que utilizaba -antes de romperse la pierna- Halle Berry en la película Clod Atlas que se rueda en el barco de época anclado en Sóller

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Decidimos partir el martes sobre las siete de la tarde. Temprano con Jose visitamos Palma y regresamos por la Sierra de la Tramontana. Lo pasamos bien, a pesar de que el autobús nos dejó colgados en Calv iá (cosas de la Isla de la Calma).


Zarpamos con algo de viento, mar molesta, hasta que a las dos horas amainó y con mayor a motor hasta Torredembarra.  Ya no puedo contar más porque a las 20 h. me dormí y desperté a las 7. ¡Una maravilla!. Eso sí, soy testigo:  ¡se hizo realidad el bonito que soñaba pescar José!




martes, 20 de septiembre de 2011

XXV REGATA REI EN JAUME

 

¡Quien nos manda meternos en ese mundo de barcos regateros con no menos de seis tripulantes! Quienes los vemos  sin envidia..., bueno, por lo menos sin acritud, nos consuela el placer de la navegación, pero copula un güiwol verlos alejarse con vientos de abanico, mientras nosotros como tancredos de las Ramblas.
El sábado, Fernando, Tito -majo chaval que disfrutó de su bautismo de mar- y el menda, después de una mala salida por el riesgo que suponía,  realizamos la  travesía a Cambrils con un viento de proa que nos obligó a bolinear y una suave marejadilla que permitió navegar disfrutando de un tranquilo y agradable barlovento.  El regreso, dado nuestras limitaciones para izar el spí, lo hicimos de empopada cerrada a orejas de burro, con la increible heroicidad de fijar la génova con el  tangón en un tiempo record (justo para sacarlo antes de llegar a la boya...).
A pesar de los inconvenientes arribamos antes del tiempo límite gracias al rápido aprendizaje del recién crismado naval.


Después de sufrir de nuevo el amarre en una esquina del pantalán, deleitamos una excelente cuchipanda  y espléndido menú: de primero granos de Calasparra con frutos del mar del cabo de Salou, sazonado con un sofrito de néctar de Borjas Blancas, alcachofas de Tudela, pellizcos verdes de Llavaneras y suaves tonos rojos de piquillo; de segundo lo mismo;  como postre,  variado de helados unicolor en tarrina. Todo ello acompañado con  suave bebida de spas, de color claro-transparente, con sulfatos, sodio en proporción adecuada algo ferruginosa y paladar sin aristas; también  néctar de cebada fermentada.



La 2ª ´regata (barlovento-sotavento),  con Agus, Fernando, Tito (con más experiencia) y el jabato  José, nos subió la adrenalina por las posibilidades del descarte del día anterior. Arreció el viento.  Con 28 nudos aparente de proa y algo de mar se retiraron cuatro barcos y otro por rotura de spí, que nos permitía alcanzar un puesto, cuando menos no humillante.
Sin rizos y con velas inadecuadas,  pero con más moral que el Alcoyano,  salimos. La primera ceñida dura. La  empopada, también a orejas de burro, nos fue bien, pero al doblar la boya se hizo la picha un lio entre el tangón, génova, escotas y Murphy que  nos impidió desplegar la génova obligandonos a recoger como pudimos la vela y retirarnos al iniciar la última ceñida porque hubieramos rebasado la hora límite. Después de la paliza y el  -afortunadamente- ligero golpe de la botavara a Agus, claudicamos, aunque, eso sí, por causas de fuerza mayor..., dignamente. En el puerto, resguardados, conseguimos deshacer el fiasco.
Como de costumbre nos obsequiaron con unos discretos y elegantes polos de Armani. Finalizó la fiesta con una sabrosa fideuá  que degustaron agusto Fernando y Agus olvidada ya la fatídica noche de las Columbretes.

                                   

La organización, marinería y personal del Club Nautic Salou  bien, aunque alguna queja seria se ha leido contra el Comité de Regata.  Una nota a destacar: cada tripulante colaboró con alimentos por un valor de 10 € con destino Caritas Salou.