viernes, 30 de junio de 2017

UN BARCO LLAMADO BLAS DE LEZO


Recientemente ha salido a la palestra una investigación  de la Guardia Civil sobre unos supuestos delitos cometidos por malquistos españoles relacionados con el Canal Isabel II.  Los investigadores bautizaron la operación con  el nombre Lezo por la conexión del Almirante con Colombia, donde parece ser, como dicen los calós, choraron y se repartieron algunos la guita. Ello me ha recordado las hazañas de este marino, sobre todo la heroica defensa de Cartagena de Indias, donde, después de las vicisitudes y el sufrimiento que le costó la vida al poco tiempo de la victoria, fue también víctima de la mezquina calumnia compañera de envidia de los mediocres que no soportan la sombra de los grandes hombres. Como acostumbra, una vez muerto, prevaleció la verdad y se reconocieron todos sus méritos. Una ejemplar vida al servicio de los españoles, tan dados a exaltar los éxitos de otros países restando importancia a los propios.  

El almirante D. Blas de Lezo y Olavarrieta, vasco de Pasajes, era también conocido como Mediohombre (aunque los güiwols los tenía más grandes que el caballo de Espartero): a los 15 años en la batalla naval de Vélez Málaga una bala de cañón le alcanzó en la pierna que tuvieron que amputarle en vivo; 3 años más tarde defendiendo Santa Catalina de Tolón una esquirla le vació el ojo izquierdo; y en el asedio de Barcelona una bala de mosquete le dejó manco del brazo derecho. Clara la explicación del acertado mote y difícil de ocultar, salvo sus enemigos que lo presentaron como un un hombre entero y genuflexo (con pata de palo), ante su feroz enemigo almirante Vernon en la medalla que acuñaron para conmemorar una victoria sobre Blas de Lezo, que no fue tal, sino una humillante derrota del almirante Edward Verner y SM.

Fortaleza de San Felipe de Barajas con la estatua de D. Blas de Lezo
Corría el año 1737, y en la Sala de los Comunes de Inglaterra el pirata Robert Jeckins relataba como navegando por las costas de Florida con su navío Rebecca fue abordado por el guardacostas español Isabela  del capitán Fandiño, al cual no le bastó con castigar al  contrabandista cortándole la oreja (suave pena para la época), sino que se atrevió a decirle  que lo haría con el rey de Inglaterra navegando sin permiso por aguas españolas. Este incidente fue una excusa para iniciar otra guerra contra España con el propósito de acabar lo que con el corso no podían: el dominio comercial español en el Caribe.


El mayor desembarco conocido hasta el de Normandía
Después de varios intentos por conquistar Cartagena de Indias rechazados por la guarnición y  los 6 navíos de línea que disponían, prepararon para acabar definitivamente con la resistencia española una escuadra de 186 navíos (muy superior a la Armada de Felipe II), con 27.000 hombres, 4.000 reclutas de Florida mandados por Washington (hermano del libertador), y 2000 cañones,  bajo la autoridad del almirante Edward Vernon, prestigioso marino inglés que conocía bien, y le tenía ganas sino venganza a Blas de Lezo, hombre curtido en más de 20 batallas.


Ingleses y holandeses consideraban a Blezo un hombre maldito
 por las  pérdidas sufridas frente a él.
Gracias al valor de los defensores, la estrategia defensiva de Blas de Lezo, imponiéndose al criterio del Gobernador de la Colonia, las  escaramuzas y su ingenio (uno de ellos consistió en unir dos balas de cañón con una cadena que hacía más certero el tiro desarbolando los navíos), fracasó el mayor desembarco conocido en la historia hasta el de Normandía en 1945.

Duró el sitio del 13 de marzo al 20 de mayo.  Ya extenuados  los cartageneros,  después de repeler varios intentos, esperaban su final con el asalto definitivo al castillo. Previamente, una nueva astucia de Lezo, como resultado de la información recibida por dos soldado de la guarnición que habían fingido desertar, hizo excavar un foso alrededor del castillo para evitar que las escaleras alcanzaran la altura necesaria, produciendo en ese último intento  una gran mortandad a las tropas de Vernon. Aprovechando ese desconcierto, ya desesperados, Blas de Lezo  ordenó abrir las puertas, y atacar a bayoneta.  Despavoridos los ingleses  huyeron por el cerro de San Lázaro, y embarcaron con cuantiosas pérdidas. No obstante, después de la derrota estuvieron durante 30 días bombardeando el castillo de San Felipe de Barajas hasta que le ordenaron que cesara de hacer el ridíciulo.

Vernon, al inicio del desembarco conquistó el castillo de San Luis y otras fortificaciones. Eufórico y vanidoso, llevado por la venganza de las batallas navales perdidas frente a D. Blas, se anticipó a anunciar la conquista de Cartagena de Indias en una carta dirigida a su esposa.  El rey Jorge II, contagiado y viéndose poseedor de la fortuna que necesitaba para reponer sus exiguas arcas, ordenó acuñar  medallas conmemorativas de su quimérica victoria, una de ellas arrogante con la leyenda “el orgullo de España humillado por el Almirante Vernon”.
Medalla homenaje a una victoria que fue una derrota .
Hay varias unidades en el Museo Naval de Madrid.
 El balance de la contienda fue por parte inglesa de 11.000 muertos y 750 heridos; 1.500 cañones abandonados; navíos hundidos o inutilizados, 6 de tres puentes, 13 de dos, 4 fragatas  y 27 transportes.  Los españoles perdieron 5 navíos quemados por ellos mismos, 1.200 muertos  y 800 heridos.Tal fue la humillación de la derrota,  que el rey Jorge II prohibió que se hablara o escribiera  sobre la batalla.  Así,  ha pasado desapercibida como si no hubiera existido esta gran victoria, digna de un lugar de honor en la historia militar universal. Lo lamentable:  desconocida también hoy por la mayoría de españoles. 

dio-hombre-contra-imperio/1047826.shtml

La Armada Española acostumbra a bautizar uno de sus más modernos buques con el su nombre: Blas de Lezo.

La moderna Fragata Blas de Lezo
de la serie F103

Videos sobre Blas de Lezo y Cartagena de Indias

Libros recomendados:
El día que España derrotó a Inglaterra de Pablo Victoria.
HEROE DEL CARIBE J. Pérez Fonse














No hay comentarios:

Publicar un comentario

No se admiten comentarios provocadores, injuriosos o que expongan falsedades, burlas o críticas perversas, evitando temas de política o dogmáticos de religión, siendo responsabilidad los autores del contenido de dichos comentarios o entradas.
Las fotografías son de distinta procedencia, desconociendo la propiedad de las mismas. Si alguien no desea que se publiquen le rogamos nos lo comunique para proceder inmediatamente a descolgarlas.