martes, 20 de septiembre de 2011

XXV REGATA REI EN JAUME

 

¡Quien nos manda meternos en ese mundo de barcos regateros con no menos de seis tripulantes! Quienes los vemos  sin envidia..., bueno, por lo menos sin acritud, nos consuela el placer de la navegación, pero copula un güiwol verlos alejarse con vientos de abanico, mientras nosotros como tancredos de las Ramblas.
El sábado, Fernando, Tito -majo chaval que disfrutó de su bautismo de mar- y el menda, después de una mala salida por el riesgo que suponía,  realizamos la  travesía a Cambrils con un viento de proa que nos obligó a bolinear y una suave marejadilla que permitió navegar disfrutando de un tranquilo y agradable barlovento.  El regreso, dado nuestras limitaciones para izar el spí, lo hicimos de empopada cerrada a orejas de burro, con la increible heroicidad de fijar la génova con el  tangón en un tiempo record (justo para sacarlo antes de llegar a la boya...).
A pesar de los inconvenientes arribamos antes del tiempo límite gracias al rápido aprendizaje del recién crismado naval.


Después de sufrir de nuevo el amarre en una esquina del pantalán, deleitamos una excelente cuchipanda  y espléndido menú: de primero granos de Calasparra con frutos del mar del cabo de Salou, sazonado con un sofrito de néctar de Borjas Blancas, alcachofas de Tudela, pellizcos verdes de Llavaneras y suaves tonos rojos de piquillo; de segundo lo mismo;  como postre,  variado de helados unicolor en tarrina. Todo ello acompañado con  suave bebida de spas, de color claro-transparente, con sulfatos, sodio en proporción adecuada algo ferruginosa y paladar sin aristas; también  néctar de cebada fermentada.



La 2ª ´regata (barlovento-sotavento),  con Agus, Fernando, Tito (con más experiencia) y el jabato  José, nos subió la adrenalina por las posibilidades del descarte del día anterior. Arreció el viento.  Con 28 nudos aparente de proa y algo de mar se retiraron cuatro barcos y otro por rotura de spí, que nos permitía alcanzar un puesto, cuando menos no humillante.
Sin rizos y con velas inadecuadas,  pero con más moral que el Alcoyano,  salimos. La primera ceñida dura. La  empopada, también a orejas de burro, nos fue bien, pero al doblar la boya se hizo la picha un lio entre el tangón, génova, escotas y Murphy que  nos impidió desplegar la génova obligandonos a recoger como pudimos la vela y retirarnos al iniciar la última ceñida porque hubieramos rebasado la hora límite. Después de la paliza y el  -afortunadamente- ligero golpe de la botavara a Agus, claudicamos, aunque, eso sí, por causas de fuerza mayor..., dignamente. En el puerto, resguardados, conseguimos deshacer el fiasco.
Como de costumbre nos obsequiaron con unos discretos y elegantes polos de Armani. Finalizó la fiesta con una sabrosa fideuá  que degustaron agusto Fernando y Agus olvidada ya la fatídica noche de las Columbretes.

                                   

La organización, marinería y personal del Club Nautic Salou  bien, aunque alguna queja seria se ha leido contra el Comité de Regata.  Una nota a destacar: cada tripulante colaboró con alimentos por un valor de 10 € con destino Caritas Salou.








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